Terapia con animales beneficios de la zooterapia

Beneficios de la terapia con animales

Se pueden clasificar en las siguientes categorías:

Beneficios sociales de la zooterapia

Toda terapia está destinada a ayudar al paciente y cualquiera que sea su condición. En el caso de personas con problemas de comportamiento o que han sido detenidos por cualquier motivo, hay evidencias de que la inclusión de terapias de animales en las cárceles garantiza que esos prisioneros no sean reincidentes (en Estados Unidos, el porcentaje de reincidencia de aquellos que se encontraban en los programas de terapia eran sólo el 13% en comparación con el 68% a nivel nacional).

Enseña responsabilidad, paciencia, motivación, para tratar a todos los demás (personas o animales) de forma menos agresiva e incluso permite desarrollar habilidades sociales que anteriormente parecían escondidas.

Beneficios físicos de la zooterapia

La zooterografía influye positivamente en el bienestar físico de los pacientes, por ejemplo:

Al apoyar a las personas ciegas o incapacitadas en general, eso les permite tener cierto grado de autonomía, haciéndose de animales domésticos en las piernas o en los ojos para que ellas se muevan por el mundo.

Varios estudios demuestran que acariciar un animal es un alivio del estrés.

Tener un animal doméstico mejora la salud, disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular y hasta el dueño se recupera antes de una enfermedad. Esto ocurre porque mejora el estado de ánimo y, por lo tanto, el sistema inmunológico se vuelve más activo.

Los paseos diarios (en el caso de perros) requieren actividad física.

Beneficios psicológicos de la zooterapia

Ofrecen un contacto con la realidad. La terapia animal puede servir, por ejemplo, para ayudar a los pacientes con enfermedad de Alzheimer a recordarlos donde están.

Fomenta la capacidad de importar. Un perro, un caballo o cualquier animal atrae al paciente, lo hace notar, lo que permite que su atención sea enfocada en ese sentido y no piense en sus problemas.

Ayuda contra la depresión. Siendo compañeros incondicional, los animales garantizan que el paciente no se aburre y, por lo tanto, no estara deprimido con tanta facilidad.

La socialización es más simple. Al conocer a otras personas (con o sin animales) es más fácil para ellas ser más abiertas en las conversaciones.

Motivación. Para los pacientes que sufren de parálisis cerebral, por ejemplo, ayuda a su humor con un perro acompañarlo en el duro trabajo diario de rehabilitación.

Aceptación. El cariño dado por un animal no es viciado por convenciones sociales, ni importa el pasado de esa persona, y es por eso que aumenta la autoestima y  aprende a aceptarse.